Manzana 255. (Espinosa, 1769)

Es bastante probable que por aquel entonces se construyera la bodega, y puede que sobre alguna construcción anterior. Sobre este solar, que corresponde actualmente a los números 109 y 111 de la calle Atocha, en otras épocas se construyeron otros edificios.
En el año 1.897 Melchor Vega era el dueño de una tienda de vinos en el número 139 de la calle Atocha, (su apertura se produjo en 1.875), y solicitó al Ayuntamiento una licencia para continuar, la cual le fue concedida.
La bodega tenía todos los elementos necesarios para la elaboración de vinos y una gran cueva de cañones con sus útiles para la colocación de las tinajas que sirven para la conservación de los vinos. Así se puede observar en la escritura de 1.921 firmada por un representante de la Congregación de San Felipe Neri que se encuentra guardada en el archivo General de Protocolos.
Los edificios que tenían un máximo de dos alturas al ser antiguos, fueron derribados, y en su lugar se construyeron los actuales de la Calle Atocha 111 y posterior a la calle San Blas.

En la cornisa de la fachada del edificio de Atocha, se puso un adorno conmemorativo adornado con la imagen de San Felipe Neri, patrón de la Congregación

Calle Atocha 111

Lo curioso de todo esto es observar que el local se encuentra ocupando el sótano de los edificios de la calle Atocha (109 y 111), así como, el bloque de la calle San Pedro y de San Blas (2 y 4). Estamos hablando de más de 300 metros cuadrados bajo estas viviendas, y a pesar de los sucesivos derribos y nuevas edificaciones realizadas, el sótano de galerías y las bóvedas se han mantenido casi inalterables, aunque llegaron a estar en un estado ruinoso. Hace algo más de diez años empezaron con su recuperación.
"La Bodega de los secretos" efectivamente está llena de secretos, pero qué os vais a encontrar allí abajo???
Cuatro galerías con forma de alguna manera de claustro. De la primera (la más espaciosa y con techos altos), que va paralela a la calle San Blas, parten otras dos, que al final se unen por un pequeño túnel abovedado. 




En las galerías te encuentras una serie de grandes hornacinas que es donde se debían colocar las tinajas que contenían vino en su interior.
Cabe la posibilidad de que las galerías puedan haber sido construidas en épocas distintas, ya que se aprecian ciertas diferencias entre ellas que dan pie a esas conjeturas. Están hechas de ladrillo a excepción del centro, el corazón de los pilares de los gruesos muros que soportan los arcos, que llevan un refuerzo de silex.

 galeria 1 silex

Las bóvedas  del restaurante son magníficas y con muchos detalles. Algunas de ellas nos recuerdan a las de algunas iglesias.


Tras uno de los muros se descubrió un largo y misterioso pasadizo cuyo comienzo se puede contemplar gracias a la colocación de un espejo. Probablemente el destino del pasadizo fuera el Hospital General con el que seguramente se comunicaba la bodega.

pasadizo

Durante las obras, aparecieron distintos elementos como restos de tinajas con su soporte, y en algunos lugares del local, puedes apreciar estos productos. Algunas incluso guardan en su interior vino como en el pasado.



tinaja

También nos encontramos con otro tipo de decoración:



La Bodega de Los Secretos, es un restaurante magnífico cuyo propietario (Raúl Muñoz), se entregó a tope en su restauración, que con esfuerzo ha logrado conservar todos los elementos constructivos y materiales en la medida de lo posible.

En las zonas en que el deterioro era tan grande que no se podían recuperar, los ladrillos fueron sustituidos por otros realizados a la antigua usanza en una fábrica artesanal en Arévalo, en la que milagrosamente se continúan haciendo a mano, como hace siglos.



Además de un lugar donde comer bien y estar a gusto, un precioso ejemplo de arquitectura del Madrid subterráneo, un retorno al pasado y una lección de historia.